Listado de fics del blog

Dale al título para ver el listado completo. Te animo a que me dejes un comentario si detectas algún link roto o erróneo. Con ánimo de que o...

[Crash Bandicoot] Universos entremezclados 2 -- Capítulo II - Medidas de emergencia


- Tienes que venir conmigo…

- Ah, claro, ahora te acuerdas de mí.

- No seas injusta. ¿Te recuerdo el motivo por el que te traje aquí?

- No pienso picar, tío.

- Nina, esto es serio, tienes que venir con nosotros.

- He dicho que no.

Neo estaba empezando a impacientarse. Había vuelto a toda velocidad desde la Isla Wumpa al Laboratorio Iceberg y se había puesto en camino hacia la escuela pública donde había internado a Nina como castigo por su rebelión cuando ocurrió todo aquel desagradable asunto de los titanes.*

Quería llevársela a toda costa con él para no perderla de vista pero su sobrina seguía enfadada y no atendía a razones por lo que el plan no estaba resultando fácil. La compañera de habitación de Nina yacía en la cama totalmente paralizada y los miraba con los ojos muy abiertos. Se lo había ganado tras despertarse preguntando qué pasaba; Neo no quería más intromisiones. Cruzada de brazos y con su pijama favorito de calaveras, ya que era avanzada la madrugada, Nina se mantenía firme y le miraba con odio.

- ¡Han amenazado con hacerte daño! – insistió él.

- No les tengo miedo, que vengan si quieren – convino ella haciendo rechinar sus manos metálicas.

- Si quieres pelear también puedes hacerlo viniendo conmigo. Pienso averiguar quién está detrás y le voy a dar una buena paliza.

- Sí, ya. Como a Crash Bandicoot ¿eh?

Neo se ruborizó y fulminó a Nina con la mirada.

- Te estás pasando de la raya, jovencita. Además que yo recuerde, tú no lo hiciste mucho mejor. 

- Al menos sólo ha sido una vez, tus derrotas en cambio no me dan los dedos para contarlas.

- ¡Se acabó! – exclamó Neo, enfadado y humillado - ¡Te vienes conmigo inmediatamente! 

- ¡Que no me da la gana!

- ¡Estás deseando que te saque de aquí y sólo te niegas por llevarme la contraria! – gritó Cortex de nuevo, pero súbitamente se relajó y adoptó un tono de voz dulce – Estoy orgulloso, no hay manera de que cedas, te mantienes firme a pesar de las amenazas. Eres toda una rebelde.

- Gracias – dijo ella con una sonrisa sincera.

Se hizo un silencio que no se rompió hasta que Neo volvió a hablar.

- ¿Así que la respuesta sigue siendo un “no”, verdad querida? – preguntó con dulzura.

- Exacto.

- Muy bien.

Se oyó un zumbido. En una fracción de segundo Neo había vuelto a sacar su pistola de plasma y había disparado contra Nina. La chica no tuvo tiempo de reaccionar y, boquiabierta, se desplomó en el suelo, totalmente inmóvil. Su tío se acercó a ella. La había paralizado como hiciera con Coco aquella vez en la isla para poder pasarse por ella y engañar a Crash y como había hecho con su compañera de cuarto unos minutos antes.

- A pesar de lo que te acabo de decir soy tu tío y debes obedecerme, no estabas siendo razonable. Vas a venir conmigo te guste o no y no se hable más.

A pesar de su parálisis Nina le dedicó una mirada que hubiera podido matar a cualquiera. Neo la ignoró, tomó la maleta que ella guardaba en el armario de su habitación, seleccionó algo de ropa al azar y otros bártulos básicos, arrojándolos a la maleta y la cerró a presión. Luego avisó a N.Gin para que le ayudara a transportar a Nina.

- ¿Por qué le ha hecho eso? – preguntó su socio mirando a la chica.

- Por no hacerme caso. Ayúdame a subirla a mi aerodeslizador y vámonos de aquí de una vez.


Unas horas después, casi amaneciendo, habían llegado al sur del continente australiano. Dejaron el dirigible en un lugar discreto y desde allí condujeron un todoterreno para ir al lugar deseado, pues Neo se había construido hacía tiempo una especie de casa franca, cerca de la playa, en un lugar muy aislado. Únicamente los miembros de los Comandos Cortex tenían acceso a este lugar. Era una especie de refugio para épocas de necesidad, no muy grande pero capaz de resistir un ataque nuclear y con un excelente equipamiento.

Neo no quería arriesgarse a llevar a Nina al Laboratorio Iceberg hasta no haber resuelto otro asunto. Una vez que lo hiciera regresaría a por ella e irían todos juntos a la base. En este lugar estaría a salvo en su ausencia.

Cuando llegaron bajó la maleta de Nina y la arrastró hasta el interior del refugio.

- Ésta sí que no te la perdono.

Nina ya se había recuperado y estaba de un humor de perros. Se había puesto ropa cómoda del estilo que usaba cuando estaba por casa: una camiseta de manga corta negra con un logo de un grupo musical rockero, unos pantalones vaqueros rotos y unas deportivas de color rojo, que hacían juego con la horquilla del pelo, todo sacados de la maleta que le había preparado Neo. Nina estaba cruzada de brazos y le daba la espalda; no le había hablado en todo el viaje hasta allí.

- Deja de refunfuñar, estás insoportable – se quejó Neo - Has salido fuera del internado ¿no es lo que querías?

- Pero porque no tenías más remedio que sacarme de allí. ¿Crees que no sé qué cuando todo acabe me mandarás de nuevo allí?

- Mira, hacemos un trato. Te dejaré volver a la academia de Amberly si te comportas y me echas una mano.

Nina se volvió con una ceja enarcada.

- ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo.

- Lo quiero por escrito. Las palabras se las lleva el viento.

- ¿Qué? Pero… eso es – iba a decir “absurdo” pero Neo pensó que era mejor no discutir, a fin de cuentas se salía siempre con la suya - ¡Está bien! Te lo pondré por escrito.

- No te olvides de firmarlo.

- No se me olvidará.

Entonces Nina se abalanzó sobre él dándole un abrazo.

- ¡Gracias! – dijo de excelente humor, apretándole con fuerza – ¡Eres el mejor!

- Nina…

- ¿Sí?

- Me… me estás as-asfixiando…

Era cierto, Nina estaba oprimiéndole en su brazo metálico y Neo se estaba poniendo azul por momentos.

- ¡Oh! Lo siento – se disculpó aunque por su expresión Neo jugaría que le parecía divertido. Pero él no se molestaba por eso.

- Creo… que necesitan un pequeño ajuste ¿eh?

Nina le sonrió. Luego le miró muy seria.

- Tío ¿qué es lo que está pasando?

Neo le hizo un breve resumen muy encima de la situación y le explicó lo de la nota de la playa.

- A su lado estaba el gato de cerámica que me regalaste cuando eras pequeña. El mensaje está bastante claro. Una cosa es que vuelen mis instalaciones o que entren en mi despacho y revuelvan en mis cosas pero otra muy diferente es que amenacen a mi familia.

- No me importa quién sea, le patearemos el trasero… por cierto ¿quién crees que puede ser?

- Eso mismo me pregunto yo… voy a tener una reunión con los Comandos para poner las cartas sobre la mesa, estamos investigándolo. Pero antes tengo otra cosa que hacer.

- ¿El qué?

- Hay alguien más implicado.

- ¿A qué te refieres?

- Sospecho que esta nota no sólo te amenazaba a ti, si no a alguien más, aunque no logro entender el por qué. Sin embargo, antes de dar otro paso, quiero comprobar que todo esté bien. Y he perdido mucho tiempo yendo a buscarte a ti primero…

Teniendo en cuenta el contexto de la nota Nina le miró sorprendida. Una idea descabellada se le pasó por la cabeza y quiso preguntar pero tuvo la sensación de que su tío no le iba a contestar. Así que en su lugar dijo:

- De acuerdo. ¿Vamos entonces?

Neo negó con la cabeza.

- No, tú te quedas aquí.

- ¿Qué? ¡No es justo! ¡No quiero perderme la acción!

- Nina, el lugar adonde iré no es seguro…

- ¿Adónde vas?

- A otra dimensión.

- ¿Y qué? – preguntó ella intentando disimular su sorpresa – Ya he estado contigo en otra dimensión ¿recuerdas?

- Claro y por poco te matan.

- ¡Ala! No dramatices. Evil Crash sólo quería jugar conmigo al té, fue divertido – agregó con una sonrisa, recordando el descenso por la montaña. 

- ¡No lo fue! – protestó Neo y reprimió un temblor. Aún recordaba a ese engendro de largos brazos y dientes enormes persiguiéndole para comérselo. Sacudió la cabeza para alejar tales pensamientos – Te quedarás aquí y esperarás a que regrese. Luego iremos al iceberg donde nos reuniremos con el resto del equipo y discutiremos los planes a seguir.

- ¡Pero yo quiero ir contigo! No quiero quedarme sola, aquí no hay nada para hacer. Además ¿y si te pasa algo? A fin de cuentas, eres tú a quién ellos quieren.

- Iré armado y con Gin.

- Donde caben dos caben tres…

- Nina, no me obligues a dispararte de nuevo.

Ésta soltó un resoplido de indignación.

- Está bien. Pero sólo porque me has prometido que volveré a la Academia Amberly…

Neo le acarició la cabeza. Le extrañó que no cayera en la cuenta de que iba a ser, en parte, un conejillo de indias: si dejaba a Nina en este búnker en vez de al laboratorio podría tener ciertas pistas sobre si el responsable era quien él pensaba. Si era así, conocería la situación de ese búnker puesto que el Laboratorio Iceberg no estaba precisamente oculto. Claro, que Nina no sabía adónde iba a ir con el Psicotrón**…

- ¡Esa es mi chica! – exclamó saliendo de sus pensamientos - Pórtate mal hasta que vengamos a buscarte, pero sobre todo no salgas de aquí y no abras a nadie que no seamos nosotros. ¿Entendido?

- Entendido.

Al salir Neo atrancó la puerta con cierres de seguridad, sólo por si acaso.




Ya había amanecido cuando Neo abrió un portal con el Psicotrón utilizando unas coordenadas que apuntó años atrás en cierto expediente. N.Gin miró los edificios que aparecieron y luego se volvió a él:

- ¿Está seguro jefe?

- Absolutamente. Dejaron el gato de Nina y aquél cristal. Está más que claro que el agua. 

- Pero hace diez años que no sabe nada de su propietaria.

- Lo sé, pero quiero asegurarme, eso es todo.

N.Gin no se atrevía a insistir más, no quería dar a entender lo que pasaba por su cabeza pero no pudo evitarlo.

- ¿Qué sentido tendría inmiscuir a una persona que ya no significa nada para usted?

Neo guardó silencio mientras realizaba los últimos ajustes. – Diez años ya – pensó mirando el nombre impreso en la carpeta.

No sabía cómo sentirse al pensar en esa persona, hacía años que no lo hacía, porque lo único que le había provocado era dolor y odio. Se había preguntado cientos de veces qué hubiera pasado si él no lo hubiera estropeado todo. A fin de cuentas ella había vuelto sólo para buscarle. ¿Se habría quedado con él? ¿Habría sido todo diferente o habría salido finalmente mal debido a sus opuestas formas de ser? La segunda posibilidad era la más probable y por eso no tenía sentido darle más vueltas.

El pensar ahora en Annabelle Marie Parker no le despertaba aquellos sentimientos de años atrás***, aunque sí cierto nerviosismo. ¿Por qué ir a buscarla? No sabía la respuesta pero sentía que se lo debía, porque si iban a por ella era sólo por culpa suya. A fin de cuentas fue él quien la trajo a esta dimensión, el que la metió en su vida. Si eso no hubiera ocurrido…

- Quizá quien lo hace no sepa todo lo que ocurrió, lo que me lleva a pensar que podemos tener alguna ventaja sobre él o ella, aunque ahora mismo no sepamos cuál.

- ¿Se da cuenta de que iremos a una dimensión desconocida?

- Lo poco que vi de la misma no era muy diferente a la nuestra. Se trata de la Cuarta Dimensión, no está tan lejos… ¿Llevas tu arma?

- ¡Claro jefe!

Neo terminó de realizar todo lo necesario para mantener el portal estable y se guardó un N-Comunicador por si necesitaba hablar con la dimensión Wumpa por alguna emergencia. Brio, que estaba atareado en otro sitio, tenía una copia. Estos mandos eran similares al que destruyó hace diez años, luego tomó otro aparatito que había preparado para la ocasión.

- ¿Dónde es? – preguntó N.Gin con curiosidad, mirando el anochecer a través del portal.

- Minneapolis, Estados Unidos. 

Gin asintió con la cabeza y echó un vistazo al aparato que estaba cogiendo Neo.

- ¿Un localizador?

- ¡Pues claro! Ya sabes que todos mis mutantes tienen un chip de localización que les implanto en el momento en que llegan al laboratorio. Con la chica hice lo mismo y nunca se lo quité. Así la rastrearemos… espero – añadió pensando en que no había tenido éxito con Tiny, Ripper y Pinstripe, lo que le había llevado a pensar que les habrían extirpado o anulado los chips, algo que le preocupaba. Su atacante era totalmente desconocido para Neo pero no sucedía lo mismo al revés  -  He cargado las mismas coordenadas que el Psicotrón tenía cuando la trajo y cuando la llevé de vuelta. Nos entretendremos lo justo; la localizamos y la traemos aquí. ¿Entendido?

- Entendido, jefe. Pero ¿se le ha ocurrido que no quiera venir, como Nina?

- Bueno, pues tendremos que convencerla igual que a mi sobrina – dijo, dando un toque a su pistola - Venga, no perdamos más tiempo.

Y atravesaron el portal hacia la desconocida cuarta dimensión.



* Por supuesto me refiero a los eventos sucedidos en Crash of the Titans donde Nina despide a su tío Neo Cortex porque no le gusta cómo está llevando el asunto y asume el rol de villana principal en el juego. Según vemos en el mismo título Cortex la perdona pero le avisa que será castigada: eso será que la ingresa en una escuela pública, que parece aborrecer, como se ve en Crash Mind Over Mutant, ya que ahí vemos cómo culpa con amargura a Crash de su situación actual.

** Psicotrón -- máquina que permite viajar a universos diferentes y que aparece en Crash Twinsanity.

*** Uno de los personajes que introduje en mi fic Universos Entremezclados, que si no habéis leído, mejor que lo hagáis más que nada porque es precuela de éste para que entendáis mejor todo a lo que hago referencia aquí.


1 comentario:

  1. Eeeey, ya ves que Cortex no hizo tanto el tonto en la primera parte. Sus ideas ya tenía en la cabeza, ya...

    ¿Moral? No sé qué decirte si ese arranque se debe a moral. Podría ser, pero también apego o quizá interés, con él nunca se sabe.

    Tanto Evil Crash como la Academia del Mal aparecen en Crash Twinsanity (subí gameplay, no sé si te acuerdas) de modo que sí, obviamente ya los conocía. Aparte siempre cotilleo por ahí por si hay cosas que se han desvelado / material extra o eliminado, etc...

    Bueno, en cuanto a saber identidades, espérate un poquín más y pronto tendrás una pista. Ya sabes por la introducción que hay implicados dos hermanos y una tercera persona.

    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar