- Por qué siempre acabará pasando lo mismo, pequeño mío…
Crash ladeó ligeramente la cabeza ante el rezongueo de Aku-Aku pero continuó el camino, olfateando el aire con su nariz. Apartó unas hojas grandes, pegó un mordisco a una fruta Wumpa que había cogido del suelo y continuó el camino.
El doctor Cortex les había dicho que, para que el MechaRocket pudiera funcionar de nuevo, era necesario que trajeran otros tres cristales de energía. Se habían tenido que dividir en varios equipos pues, como decía el doctor, el tiempo apremiaba: Crash y Aku-Aku por un lado, Dany por otro y Roo con Koala por último, marcharían a buscarlos allá donde las lecturas decían que estaban. Los científicos quedarían en el Laboratorio Iceberg, reparando la máquina.