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[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Epílogo

 


Brezospina. Falsa raíz que crece a los pies de los árboles en racimos retorcidos y espinosos, estrangulándolos con intenciones parasitarias.

Hierba cardenal. Planta de tallo espinoso, recibe su nombre de sus hojas lanceoladas color rojizo, abundantes flores de pétalos finos y violetas. 

Ambas necesarias para la elaboración de los elixires de sabiduría y de trol fuerte, poción de presteza y de sanación, si bien en unas proporciones muy concretas.

Sangrerregia. Arbusto de corte bajo, hojas redondeadas, múltiples flores violáceas de cinco pétalos, de fragancia intensa y agradable. Servía para elaborar una poción versátil para los hechiceros y chamanes, ya que prolongaba su aguante mágico. También servía como componente para el elixir de poder de fuego…

Y en cuanto a estas flores… bueno, no podía decir nada de ellas. No las conocía, pero las había encontrado entre unos matorrales.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 20

 


- ¿Qué te preocupa?

- ¿A qué te refieres?

Habían estado caminando en silencio durante todo aquel día y no fue hasta ese momento en que Uthul se decidió encarar a Ifta, ya que la notaba especialmente distante en los últimos tiempos. Habían llegado a su destino, una zona forestal virgen y poco frecuentada que Thrall había elegido para acampar. Al poco el capataz les había asignado en el grupo de los taladores para obtener leña y ambos Frostwolves trabajaban algo apartados del resto. Mientras, Sharpfang les observaba entre cabezada y cabezada.

- Apenas has hablado desde la última batalla – le respondió Uthul – Eso es poco incluso para ti. Y también pareces especialmente malhumorada.

- Eso es porque no tengo nada interesante que decir – resopló ella, con un fastidio que a su amigo no le pasó desapercibido – Y no estoy malhumorada.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 18


Thrall e Ifta se encaminaron hacia la zona del campamento que habían preparado para acomodar a los heridos. Al principio ninguno de los dos habló, aunque en el fondo ambos querían romper el hielo de algún modo. Thrall le lanzó una mirada de reojo y comprobó que ella iba con la vista al frente, aparentemente tranquila; sin embargo, no pestañeaba. Y él la conocía lo suficientemente bien como para saber que estaba incómoda o contrariada por algo.

Entonces observó cómo Sharpfang y Snowsong caminaban por delante de ellos, olisqueando aquí y allá, a veces entrecruzándose entre sí para rozarse, una leve caricia, como si para ellos no se hubiera abierto una especie de grieta por la que cualquiera de los dos podría caer a un abismo de incertidumbre. ¿Por qué lo sentía así? Estuvo tentado de preguntárselo, pero cambió de opinión ya que presentía que si lo hacía lo único que haría sería empeorar la situación.

Aunque al final no pudo soportar más ese silencio y finalmente habló.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 19


Cuando Thrall regresó para buscar a Langston lo hizo en medio de un torbellino de dolor e ira. Para ese entonces el hombrecillo ya estaba consciente y sus ojos se agrandaron por la sorpresa y terror de verle llegar pertrechado por la legendaria armadura negra. Tuvo el impulso de encogerse ante su presencia, pero no pudo debido al abrazo de las raíces que lo envolvían.

- Debería matarte – fue lo primero que dijo el orco cuando estuvo ante él, atormentado aún por la visión de Doomhammer agonizando. Su voz sonó ronca, gutural e inhumana a oídos de Langston.

- Cle-clemencia señor Thrall – pidió, pasándose la lengua por los labios en un tic nervioso.

El nuevo Jefe de Guerra postró una rodilla en el suelo y acercó su rostro a escasos centímetros del suyo. Langston no pudo evitar arrugar la cara con desagrado cuando le exhaló el aliento.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 17


Días después del incidente con los yetis ya todo estaba dispuesto y aquellos guerreros que habían escogido seguir tanto a Thrall como a Doomhammer marcharon del hogar y se adentraron en el bosque, montaña abajo. Semanas después se reunieron con los Warsong, aunándose bajo un mismo estandarte, con Orgrim Doomhammer como Jefe de Guerra y Grommash Hellscream y Thrall como sus dos lugartenientes.

Al principio ambos clanes se observaron con cierta reserva, producto de los años que habían vivido aislados y de todo lo sucedido tras las dos guerras: los Frostwolves fueron calumniados por Gul’dan para que todos los clanes les dieran la espalda, pero ahora por boca de Doomhammer sabían que esto sólo había sido una táctica sucia para desacreditarlos y librarse así de una amenaza para sus planes. Aunque el encuentro había sido tenso poco a poco esa desconfianza se fue desvaneciendo y sus miembros colaboraban en armonía, contentos por haber retomado un contacto perdido casi dos décadas atrás.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 16



- No han sido los kobolds – informó Ifta.

Estaba acuclillada, examinando todo aquel embrollo de huellas, marcas y manchas.

- ¿Por qué dices eso? – preguntó Doomhammer en tono tranquilo, de pie cerca de ella. Próximo también se hallaba Sharpfang, visiblemente inquieto.

Orgrim había estado examinando la entrada de la cueva con ojos entornados, aguardando, pero Ifta se percató de que no había sorpresa en su voz, como si él también hubiera llegado a esa conclusión sin necesidad de escudriñar esas señales. Aun así, se lo explicó.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 15


Una vez que la identidad de su invitado fue desvelada los Frostwolves pudieron agasajarlo con el honor y respeto que éste merecía. Junto con la abundante comida que desplegaron para tal ocasión se unieron los tambores y las flautas, enviando de esta forma también un mensaje de tributo y regocijo al mundo de los espíritus.

El plan de Drek’Thar había salido a la perfección, pues fue éste quien había mandado a Wise-ear a buscar a Doomhammer, ya que el viejo chamán conocía que éste vagaba por los territorios al sur de Alterac, lo que explicaba la ausencia del lobo durante todo este tiempo. El animal, siguiendo instrucciones de su compañero, había conseguido encontrarle y traerle de regreso pues Orgrim no conocía el camino hasta la residencia del clan. Antes pasaron por el territorio de Hellscream, donde el orco adelantó detalles de la existencia de Thrall, algo que avivó las llamas casi extintas del corazón del antiguo caudillo: si había jóvenes tan apasionados aún quedaban esperanzas de que los orcos pudieran recuperar su antigua gloria.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 14


Poco a poco la primavera fue haciendo acto de presencia en el valle y, para entonces, parecía que los ogros habían aceptado el acuerdo de paz forzoso con los Frostwolves puesto que no osaron volver a hacer acto de presencia: ni huellas, ni destrozos, ni otros hallazgos preocupantes. No había ninguna señal que indicara su presencia de modo que los orcos podían respirar tranquilos y celebrar que la paz había vuelto a las montañas.

Ya de por sí la primavera era una época en absoluto tranquila, pues había mucho por hacer, incluso para los chamanes. Entre otras tareas Thrall y Drek’Thar insuflaban de energía las semillas enterradas para generar unas plantas fuertes y sanas que servirían de sustento para las bestias herbívoras, que a su vez servían de alimento a las carnívoras, favoreciendo el desarrollo de las crías no natas que se gestaban en los vientres de las madres. Trabajaron igualmente juntos para evitar que los deshielos y las avalanchas afectaran a su lugar de residencia. Y así poco a poco la fuerza y confianza de Thrall aumentaban de manera constante en la senda chamanística. 

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 13


Era una noche cerrada en las montañas de Alterac, en cuyo limpio cielo podía verse, gibosa y plateada, la luna mayor. La menor no saldría a hacerle compañía hasta un par de horas después. A esas altitudes aún hacía bastante frío y la primavera parecía no llegar nunca, pero si se miraba a las planicies de más abajo, podía percibirse un suelo más oscuro, casi libre de nieve. El ogro bostezó, hastiado por el aburrimiento, sentado en la entrada de la galería de cuevas que daba acceso a su refugio provisional: le daba igual el paisaje ya que detestaba las guardias y más aún si estaba hambriento y aburrido.

A pesar de que se había zampado una cabra montesa entera para cenar aún tenía hambre. Se llevó uno de los huesos cercanos a la boca y lo rebañó de nuevo, pero ahí ya no había nada más que rascar. Frustrado, gruñó de mal humor. Si al menos pudiera arrancar unos árboles para entretenerse… pero si el jefe le pillaba fuera de su puesto se arriesgaba a una buena tunda y a llevar a cabo más horas de vigilancia.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 12

 


El ataque había sido rápido y certero, pero la acción no había tenido lugar en el corazón del asentamiento si no en el cementerio. Los ogros no se contentaron con matar a varios lobos y a dos guerreros y herir a otros tantos que ahí se encontraban, sino que además profanaron el lugar.

Habían atacado a una de esas patrullas que vigilaban desde hacía semanas los límites del territorio Frostwolf, por aquél desagradable encontronazo en la montaña y que en ese momento habían estado escoltando en una ofrenda. Lo que los supervivientes contaron es que los ogros, al atacar, gritaron que debían pagar por lo que habían hecho a su hermano caído, por lo que con eso disiparon cualquier duda al respecto sobre la motivación de su ataque.

En cualquier caso, su emboscada había enfurecido a los miembros del clan y todos clamaban venganza. Drek’Thar, por su parte, había hecho lo posible por calmar los ánimos e intentar poner orden, ya que lo que más importancia tenía ahora era atender a los heridos y honrar a los caídos. Pero a él mismo le costaba controlarse; en la reunión con el Consejo de Mayores había optado por la prudencia y la vigilancia, pero esto ya traspasaba los límites de su paciencia. Aceptó su responsabilidad por el ataque, aunque en el fondo nadie le culpaba como tal. Ahora sí que dio su beneplácito para que los Frostwolves se prepararan para la batalla.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 11


Thrall nunca olvidaría su iniciación. Para empezar aquella noche en que se reunió con Drek’Thar para cenar el anciano decidió por fin relatarle aquellas que se estaba guardando acerca de sus padres, no sin antes hacerle jurar que no contaría a nadie nada de lo que escuchara hasta que el viejo chamán le dijera lo contrario, algo que el joven aceptó con el corazón desbocado porque, por fin, obtendría las respuestas que tanto había estado esperando.

Esa noche el viejo orco le habló de los auténticos motivos por los que el clan Frostwolf fue exiliado por el difunto brujo Gul’dan, algo que sólo conocían los padres de Thrall y el propio Drek’Thar por deseo expreso de Durotan. Y no eran otros que el brujo había traicionado a su propia especie, ya que no le importaba lo más mínimo el destino de la Horda si no sólo cumplir con los deseos de sus amos demoníacos, que tenían los ojos puestos en este mundo. Cegado por el poder Gul’dan aceptó y fue así como ganó sus poderes de brujo. Junto con un grupo de fieles a los que él mismo instruyó formó el Consejo de la Sombras y comenzaron a dirigir todas las acciones de los orcos, imbuyendo su mente con deseos de lucha y conquista y apartándolos de la senda del chamán y de la naturaleza. Los ataron a los demonios por medio de un pacto vil, esclavizándolos sin que ellos lo supieran, construyendo así el Portal que los llevaría a este mundo.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 10

 


Desde la reunión de los Ancianos los cazadores y guerreros más veteranos comenzaron a patrullar y vigilar junto con sus lobos las fronteras del territorio del clan. Por suerte no informaron de haber tenido ningún avistamiento, ni encuentro ni detección de la presencia de ningún ogro más. 

Por su parte Drek’Thar habló con los elementos y lo único que pudo sacar en claro era como que los ogros se habían adentrado al norte con ánimo de explotar el bosque de la alta montaña. Eso tranquilizó en parte al anciano chamán, pero no dio orden de que cesaran las patrullas. Puede que no tuvieran voluntad belicosa porque aún no hubieran echado en falta a su compañero, siempre y cuando no fuera que lo hubieran expulsado por algún motivo; no obstante prefería ser precavido.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 9

 


Un Om’riggor siempre era un acontecimiento especial, algo digno de celebrar por todo el clan, pues uno de sus miembros llegaba a la adultez, con lo cual ya podía hacer o tener acceso a muchas cosas relacionadas con la vida del clan, tales como el derecho a portar un arma de batalla, toma de decisiones, votaciones en concilios, formar un núcleo familiar y, en el caso especial de Thrall, ser reconocido como hijo legítimo del anterior líder y tener por tanto acceso al puesto que le era lícito por nacimiento.

Por ello el joven orco se apresuró a expresar que no reclamaba el puesto de líder, no mientras Drek’Thar siguiera con vida, ya que estimaba mucho la labor del viejo chamán al ser alguien mucho más sabio y experimentado que él y al que además le tenía un gran aprecio y estima. El anciano se sintió complacido y aceptó su acto de generosidad en silencio, pero se le notaba emocionado. 

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 8

 


Cuando el ogro cargó contra ella, pura fuerza bruta, Ifta se apartó a un lado y descargó una estocada con el hacha, que el ogro paró interponiendo la suya propia. Intercambiaron varios golpes más y en uno de ellos consiguió desarmarla de lo fuerte que golpeó. Así que Ifta desenvainó su cuchillo de caza; la piel de los ogros era increíblemente gruesa por lo que no sería especialmente efectivo en una lucha de tal envergadura, aunque era de grandes proporciones. El ogro le sacaba unas cuantas cabezas y era mucho más fuerte que ella, pero más lento y estúpido. Por esa dificultad matar a uno implicaba un ascenso en el rango del clan.

Aun así, la gloria era lo último en lo que pensaba Ifta, pues ahora mismo sus aspiraciones quedaban reducidas a algo simple: proteger a Palkar. Miró de reojo su hacha y comprendió que quedaba demasiado lejos como para alcanzarla a tiempo. Por otro lado, estaba el acantilado; fue entonces cuando tuvo una idea.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 7

 


Era la primera vez que Palkar veía un ogro cara a cara y por eso quedó petrificado. Y es que eran criaturas imponentes. De media sobrepasaban la altura de los orcos con creces, con su largo cuerno sobresaliendo de su frente y sus afilados colmillos igualmente prominentes. Este ejemplar poseía dos ojos; existían individuos de uno solo, pero éstos eran más inusuales. Cubría su robusto cuerpo con un tabardo que mostraba el dibujo de una mano extendida de color rojo y de su fajín colgaba la clásica hacha de batalla, aunque también podían blandir porras y cuchillas de grandes proporciones.

La brutalidad de su raza era bien conocida por los orcos quienes habían llegado a tener conflictos con estos seres tiempo atrás en su mundo natal, aunque también habían luchado codo con codo en las guerras como aliados con algunos de sus clanes. Pero desde siempre la relación entre ambas especies podía ser calificada como… tensa. Los ogros además tenían un voraz apetito y eran capaces de comer cualquier cosa, incluso niños orcos, y más si estos andaban solos, se les ponían a tiro y los importunaban.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 6

 


La acogida de los Frostwolves no podía haber sido más cálida que la que le brindaron a Thrall. Ni siquiera aquél gélido invierno, el más frío de toda su vida, fue capaz de reducir esa sensación, si bien había ciertas cuestiones que le mantenían atento y deseoso de zanjar.

Aun así, disfrutaba muchísimo de sus nuevos hermanos, en concreto de los jóvenes del clan, que era con quienes más tiempo pasaba. En concreto Uthul se había convertido en su mejor amigo. Iban juntos casi todo el tiempo, desde para hacer las tareas básicas hasta para comer algo. También participaban en las partidas de caza, así como a menudo practicaban juntos en los entrenamientos; el joven orco aprendía deprisa y se le contagió el entusiasmo de Thrall porque llegara el día en que tuvieran que partir.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 5

 


Todas las tardes salvo aquellas en las que la meteorología lo impedía Thrall se las pasaba en el campo de prácticas enseñando todos los trucos que había aprendido de los humanos en el arte de la lucha, tanto armada como desarmada, a todos aquellos miembros del clan que estuvieran interesados, ya fueran jóvenes, maduros o ancianos. Se sentía un tanto extraño, ya que él siempre había sido el alumno y no el profesor, pero si quería tener éxito en su plan a medio plazo de liberar a los orcos de los campos de internamiento esto era harto conveniente.

No es que ellos no supieran pelear, todo lo contrario, pero la técnica orca difería mucho de la humana, por no hablar que sus congéneres tendían a dejarse llevar por el arrebato de la lucha y a no prestar atención a ciertos detalles: el mayor tamaño y fuerza de los orcos podía ser contrarrestado con el superior intelecto humano de cara a las estrategias.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 4

 


Thrall se sentía pletórico porque al final el clan de los Frostwolves lo habían aceptado como uno más. Todo aquel desdén y desconfianza que habían parecido mostrarle anteriormente se debía, tal y como él había supuesto en un principio, a una prueba sin más para ver si era digno. Habían tensado la cuerda para forzar dos posibles desenlaces: o ésta se rompía o resistía. A pesar de que había sido un proceso pesaroso había resistido y ahora se sentía más estimado incluso que entre los Warsong.

Por el día seguía haciendo todo tipo de tareas indispensables para la vida en el clan, pero ahora por las noches se sentaba alrededor del fuego en compañía del resto y se cantaban canciones y se contaban historias de antiguos tiempos gloriosos, por lo que pudo conocer aún más los orígenes de su pueblo; los mayores siempre se sentían agradecidos de tener a alguien que los escuchara.

Por otro lado, los jóvenes también le aceptaron de buen grado. No olvidaría como poco después de su encontronazo aquel orco le tendió una mano.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 3


Cuando llegó el momento de reunirse con el anciano chamán en su cueva Thrall estaba agradecido; a pesar de lo melancólico que se había sentido momentos antes su perspectiva había cambiado una vez se encontraba con el estómago lleno. 

Mientras se dirigía allí ahora pensó en lo irónico que parecía que se sintiera así de frustrado, teniendo en cuenta que la mayor parte de su vida la había pasado aislado en una celda; es decir, debía sentirse agradecido por semejante cambio. Descubrió además que la salida de la mañana le había animado realmente, pues había disfrutado de la compañía de Palkar y, aunque en menor medida, de la hembra. En definitiva, había sido un alivio que alguien más aparte del anciano compartiera con él algo más que órdenes escuetas y secas. 

Lo que Thrall era incapaz de intuir era que esa noche eso podía cambiar.  

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 2

 


- ¿Es cierto que al forastero lo trajisteis vosotros?

- Así es – confirmó Roggar.

- Y que es un Frostwolf perdido años atrás…

- Parece ser.

- ¿De dónde viene? ¿Por qué se marchó?

- Todo eso no lo sé… supongo que tendremos que esperar un poco más para saberlo.

- ¿Es cierto que tiene los ojos azules?

- Lo es – respondió Ifta, sin volverse, mientras restregaba enérgicamente la piel extendida para eliminar la grasa y carne residuales. 

Se hizo un breve silencio sólo interrumpido por los sonidos de su trabajo; los jóvenes se habían reunido para trabajar juntos alrededor de una hoguera: un par limpiaban las pieles y los otros estaban limpiando herramientas y armas.

[Warcraft] Thrall y los Frostwolves - Capítulo 1

 


Era difícil caminar en silencio por la nieve ya que, cuando es pisada, emite un crujido de lo más característico, algo irónico teniendo en cuenta su capacidad de silenciar el entorno. La explicación a este fenómeno es bien sencilla: la nieve está compuesta, en realidad, por cristales de hielo que, cuando se depositan en el suelo, se generan pequeños colchones de aire que impiden que emita ningún sonido. Hasta que no se endurece por la bajada de las temperaturas o, simplemente, se compacta, la nieve absorbe la acústica del paisaje, sumiéndole en una quietud casi sobrenatural. Así era tal y como se encontraba el bosque en esos momentos, el silencio sólo roto sólo por el avance de los cazadores.