A pesar de que el señor Sullivan fue lo más rápido que pudo siendo como era Halloween había bastante tráfico. Tras una rápida despedida y acordando que si alguna vez necesitaban ayuda podrían dejarle un mensaje en 2nd Time Around* los dos chicos se alejaron por las fachadas de los edificios corriendo lo más rápido que sus cuerpos cansados se lo permitían.
En cuanto salieron del subterráneo los caparamóviles empezaron a sonar con insistencia, primero el de Michelangelo y luego el de Gioconda, pero estuvieron un rato discutiendo sobre quién de los dos debía cogerlo y enfrentarse a la ira de Leonardo.
- ¡Cuando mi hermano y yo nos metíamos en algún lío y debíamos dar explicaciones lo hacíamos a la vez! – les había sugerido el señor Sullivan con una sonrisita, divertido ante el apuro de los dos muchachos, mientras conducía– Y si es necesario, dejádmelo a mi: a fin de cuentas, ha sido por mi culpa.